Desde hace algunos años tenemos resonando la palabra “experiencia” como forma de estrategia en distintas empresas. Cada vez más se apuesta a que el cliente no sólo se lleve un producto o servicio, sino justamente apuntar a que viva una experiencia integral con esa empresa. La gastronomía claramente no es la excepción.
La tendencia que engloba este concepto dentro del mundo culinario, se la conoce como “comida inmersiva”. Consiste en participar de una clase de “espectáculo” gastronómico, en donde se acompaña con un completo catálogo de platos y recetas diferentes a lo habitual. El objetivo es convertir el menú en una experiencia sensorial basada en las emociones.
Por ejemplo, podrías participar de una cena junto a una obra de teatro o experiencia holística sensorial, en la que se use realidad virtual aumentada para disfrutar de una representación. Es decir que una de las características distintivas son platos técnicamente complejos y muy creativos, que van acompañados de grandes performance con artistas y elementos visuales.
La tecnología siempre ocupa un papel fundamental y protagonista. Acompaña toda la velada con el objetivo de resaltar los distintos platos únicos que se preparan para estas ocasiones. Por esto, las comidas inmersivas son una de las tendencias para restaurantes más innovadoras y complejas.
Algunos chefs y restaurantes reconocidos que optaron por desarrollar y ser pioneros de estas experiencias es el caso de La propuesta “Worlds Unleashed and then Connecting” (Mundos liberados y después conectados) en el exclusivo restaurante Sagaya Ginza de Tokio. También el chef Ferran Adrià en el restaurante Enigma de Barcelona, adentra a los comensales en un ambiente de misterio, generando la sensación de estar dentro de un enigma. Alchemist, es otro claro ejemplo de comidas inmersivas liderado por el joven chef Rasmus Musk, que logra una experiencia gastronómica teatral utilizando la comida para hacer declaraciones políticas y sociales que invitan a la reflexión.