Cuando pensamos en la gastronomía italiana, la relacionamos con deliciosas pastas y pizzas. Pero, hay otra preparación tan italiana como sabrosa: el risotto.
Esta preparación cuyo principal ingrediente es el arroz, es una de las formas más comunes de cocinar este cereal en Italia.
Proveniente de la zona del noroeste italiano, el risotto ha logrado trascender las barreras hasta convertirse en un platillo de fama internacional.
El risotto se prepara con arroces de granos entre pequeños y medianos con bajo contenido de amilosa, debido a la capacidad que tienen de absorber un líquido y liberar almidón.
Dependiendo de los ingredientes que se le agreguen al arroz, obtendremos diferentes tipos de risotto. De manera tal que podemos prepara un rico risotto ai funghi son champiñones, o un típico risotto a la milanesa con con queso de Parma rallado y azafrán.
A cocinar
Si nunca han preparado un risotto, les compartimos la receta del delicioso Risotto alla milanese, uno de los más típicos de Italia, específicamente de Milán.
Conocido por su hermoso color amarillo y su delicioso sabor, es uno de los risottos más populares a nivel mundial. Así que ¡a cocinar!
Necesitarás:
- Arroz 80 g.
- Cebolla mediana ½ u.
- Zanahoria ½ u.
- Vino blanco 40 cc.
- Aceite de oliva 2 cdas.
- Fondo 500 ml.
- Manteca 1 cda.
- Azafrán en hebras c/n.
- Queso parmesano c/n.
- Sal y pimienta recién molida c/n.
Antes de comenzar, deberás preparar tus ingredientes, comenzando por picar finamente la cebolla y la zanahoria en bruinose (es importante respetar este corte, ya que el protagonista del plato tiene que ser el arroz).
Preparación
- En una cacerola tostar los pistilos de azafrán e incorporarlos al fondo y mantener caliente.
- Poner una cacerola o sartén de paredes altas con el aceite. Sudar la zanahoria.
- Incorporar las cebolla, salarlas, y continuar sudando con la ayuda de la sal.
- Luego, incorporar el arroz. Revolver para que los granos se impregnen bien en la materia grasa sin que se tuesten (este proceso se llama Nacarar el arroz).
- Agregar el vino y dejar que evapore, revolver de vez en cuando hasta que se absorba todo.
- Ir incorporando el fondo caliente de a poco, apenas tiene que tapar el arroz, no hay que ahogarlo. Esperar hasta que sea absorbido cada vez, recién en este momento volver a colocar fondo, repetir las veces que sea necesario.
- Salpimentar. Con el fuego apagado o fuera del fuego, incorporar un poco de manteca.
- Incorporar el queso parmesano rallado. Revolver hasta que se emulsione toda la manteca (este proceso se conoce como mantecatura es lo que termina de darle la cremosidad característica a los rissotos).
Una vez que la preparación esté lista, solo queda emplatar, servir caliente y a disfrutar.
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